Orgullo por Aaron

Orgullo por aaron

Hoy queremos contarte la historia de Aaron, quien llegó a nuestro Centro de Taco Pozo con apenas 2 meses. Se sumó a nuestro Programa Nutrición ya que presentaba desnutrición leve. 

Su mamá Margarita, siempre se mostró muy comprometida con su recuperación y siguió al pie de la letra las recomendaciones que recibió por parte de nuestro equipo. Así fue como después de 2 años y medio de trabajo en equipo, Aaron recibió el alta, al haber alcanzado el peso y la talla acorde a su edad. 

¡Estamos muy orgullosos por este gran logro alcanzado!.

El diagnóstico de Francisco

EL DIAGNÓSTICO DE FRANCISCO

Natalí Pumara es médica pediatra y voluntaria en nuestro Centro de Suncho Corral. Una vez por mes, viaja desde Tucumán para  brindar atención médica a las familias que acompañamos. Fue así como conoció a Francisco, un niño  de 3 años, que asistía a nuestro Programa Nutrición.

“Apenas lo revisé me di cuenta de que tenía una cardiopatía grave y era un milagro que estuviera vivo. Francisco no recibe atención médica regular y desde que nació diversos hospitales le pospusieron la operación que necesitaba”.

Después de la gestión que realizó Natalí en el Hospital del Niño Jesús de la ciudad de San Miguel de Tucumán, pudieron operarlo y todo salió muy bien. Fue dado de alta y volvió a su casa en Suncho Corral. Hoy tiene una vida normal y puede disfrutar de jugar todos los días con sus amigos gracias a haber recibido atención sanitaria en el momento indicado.

Mariana, Emprendedora y Referente

MARIANA, EMPRENDEDORA Y REFERENTE

Mariana tiene 6 hijos y llegó a nuestro Centro del Barrio Autonomía hace 3 años para formar parte del taller de costura. También se sumó al taller de cocina y aprendió panadería y pastelería. Todo lo aprendido lo llevó a su casa y les enseñó a sus hijas a cocinar, y en pandemia, empezaron a vender alfajores, tortas, budines, tartas, tortas y pan. Como la situación económica en su hogar se tornó cada vez más crítica y con el sueldo de su marido no podían sostener a toda la familia, tuvo que ponerse a buscar un trabajo.

"Vine al taller de costura después de haber tenido una noche muy difícil. Había hablado con mi esposo y él me dijo que valoraba mucho lo que yo hacía por la familia, pero necesitaba que empezara a trabajar para solventar los gastos de nuestra casa. Yo le dije que tenía todas las ganas e intenciones de trabajar, pero a la vez pensaba: ‘¿quién me va a dar trabajo a los 40 años?

Cuando llegué al Centro de Haciendo Camino, me propusieron ser la referente del Programa de «Educación Temprana en Casa».

Yo solo lloraba de emoción y agradecimiento porque llegó en el momento que más lo necesitaba".

Desde Haciendo Camino, viendo su fuerte compromiso, la invitamos a sumarse a nuestro equipo de profesionales como parte del nuevo Programa “Educación Temprana en Casa”. Éste promueve momentos de aprendizaje a través del juego entre padres y/o cuidadores del niño. Visita a las familias cada 15 días, genera espacios de diálogo y contención y ve cómo van aplicando día a día lo aprendido.

Ella es Rosa y con su hijo Teo

ELLA ES ROSA Y CON SU HIJO TEO

Rosa tiene 29 años y, desde hace un año y medio, asiste a nuestro Centro de Pampa de los Guanacos. Nos conoció gracias a una vecina y empezó a traer a su hijo Teo, que en ese momento tenía tres meses, al Programa Nutrición.“Llueva o truene vengo al Centro, porque me enseñan a hacer cosas, a coser y a hacer manualidades”, relata Rosa que -también- colabora preparando la merienda para las otras madres y niños que asisten al Centro. “Acá me hice amigas, y tengo un espacio donde puedo hablar y me escuchan”, concluye.

"Llueva o truene vengo al Centro, porque me enseñan a hacer cosas, a coser y a hacer manualidades".

Estela tiene su huerta

¡ELLA ES ESTELA Y ESTA ES SU HUERTA!

Estela tiene 36 años y vive en Monte Quemado. Hace 5 años que asiste a nuestro Centro y -a través de una articulación con el Programa Prohuerta del INTA -recibe semillas para seguir agrandando la huerta que tiene en su casa.

En su terreno cultiva acelga, zapallos, remolacha, zanahoria, cebolla y perejil, que usa para cocinarle tartas y guisos a su familia.

"Todos los días riego la huerta, a la mañana y a la noche, para que el sol no me queme las plantas. Últimamente estuvo lloviendo y crecieron mucho, ayer saqué dos zapallos grandes y hay algunos más que todavía están verdes".

Esther, madre y artesana

ESTHER, MADRE Y ARTESANA

Esther tiene 23 años y se acercó al Centro de Monte Quemado cuando estaba embarazada de Alfonsina.

Hasta el día de hoy camina desde muy lejos para asistir con su hija, ya de 1 año, al Programa Nutrición donde controlan su peso y le enseñan cómo alimentarla.

Además, Esther asiste al taller de costura donde hace carteras, llaveros, porta cosméticos, y cartucheras. Con todo lo que está aprendiendo, lleva sus conocimientos a su casa y realiza productos para regalar, y también para vender, y así generar una propia fuente de ingreso para su familia.

Nancy, una de las primeras alumnas del taller de oficios

NANCY, UNA DE LAS PRIMERAS ALUMNAS DEL TALLER DE OFICIOS

Nancy Córdoba fue una de las primeras alumnas del taller de oficios del Centro de Monte Quemado y le encantó desde un principio. “No veía la hora de que pasaran las dos semanas que había entre clase y clase”.

Ella no pudo terminar el colegio porque empezó a trabajar a los 11 años como empleada doméstica para aportar en su casa. De chica aprendió a hacer manualidades, pero siempre se quiso perfeccionar.

En el taller de oficios Nancy fue ganando conocimiento y también confianza. Cuando la profesora de oficios renunció, en Haciendo Camino consideraron que era el momento de darle una oportunidad.

Hoy, gracias a su esfuerzo y buen desempeño, trabaja en Haciendo Camino dando diferentes talleres de costura y artesanías.

Nancy es una parte fundamental del equipo de Haciendo Camino. Hoy, por ejemplo, le enseña a las madres a hacer ajuares para sus hijos, a estampar telas y a manejar las máquinas de coser.

“Me gusta mucho poder capacitar a las mamás y me siento orgullosa al ver los productos y piezas que confeccionan. Ellas acá mejoran su autoestima y aprenden a hacer cosas útiles”.

Rosana encontró su pasión: cocinar

ROSANA ENCONTRÓ SU PASIÓN: COCINAR

“Empecé a venir al Centro sin saber hacer nada. Acá me enseñaron a cocer ropa para mis hijos, como cuidar su salud y también descubrí mi pasión: cocinar. Con la profe del taller aprendemos a hacer recetas fáciles con pocos ingredientes, que quedan buenísimas. Cuando llego a mi casa practico y elaboro mis productos que después vendo. Mi marido me ayuda y reparte los pedidos, así nos complementamos. Gracias al acompañamiento que me dio el equipo de Haciendo Camino ahora soy otra persona. Acá me siento contenida y apoyada para hacer lo que más me gusta. Con Fiore, la trabajadora social, armamos mi primer currículum para presentar en distintos restaurantes y así conseguir trabajo, lo que sería un sueño para mí.”

Testimonio de Rosana, 28 años, mamá que participa del Programa Oficios en nuestro Centro en Santiago Capital